martes, 15 de marzo de 2011

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Gerencia y Políticas de Salud
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Pontificia Universidad Javeriana
Colombia
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Proyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto.
7
Rev. Gerenc. Polit. Salud, Bogotá (Colombia), 7 (15): 7-10, junio-diciembre de 2008
E
ditorial
Hambre, desnutrición y anemia: una grave
situación de salud pública
L
desnutrición infantil” presentada por
la asesora en Nutrición y Micronu
de la Oficina Regional para América
Latina y el Caribe del Programa Mundial de
Alimentos (PMA) con motivo del Simposio
“Hambre oculta: el reto de la sociedad mo
a conferencia “Micronutrientes ytrientesderna”,
realizado en julio de 2008 en San
José de Costa Rica, puso de relieve cifras
preocupantes en relación con el hambre, la
desnutrición y la anemia.
En efecto, las datos allí analizados mostraron
que en el contexto mundial y regional el
número absoluto de personas que padecen
hambre alcanza los 860 millones, aumentando
en cuatro millones de personas por año;
más de 3,5 millones de madres y niños menores
de cinco años mueren cada año como
consecuencia de la desnutrición; el 53%
de las muertes infantiles tiene como causa
sinérgica la desnutrición y las deficiencias
de micronutrientes; 178 millones de niños
menores de cinco años sufren retardo en
talla; 2.000 millones personas soportan carencias
micronutrientes; en América Latina
y el Caribe (ALC) más de nueve millones de
niños padecen retardo en talla y cifra similar
está en riesgo; 53 millones de personas
están subnutridas; cerca de la mitad de las
embarazadas en el mundo sufren de anemia.
perinatales está relacionado con la anemia.
Alrededor del 10-20% de preescolares en
países desarrollados y 30-80% en los países
en vía de desarrollo, son anémicos durante
el primer año de edad; la crisis mundial por el
alza del precio de alimentos agrava la situación
y genera “un nuevo rostro del hambre”
y desnutrición.
Pues bien, este panorama nos coloca de
cara a una grave situación de salud pública,
de interés creciente en el mundo y en
América Latina y el Caribe. Según el PMA
[1], la región se sitúa como la más desigual
del mundo, de acuerdo con casi todos los
estudios efectuados. Los avances sostenidos
hacia la democratización política y la
liberación económica han propiciado una
apertura en la sociedad de la región y creado
una impresionante prosperidad para algunos
segmentos de la población.
Sin embargo, a pesar de ello, en la actualidad
hay 209 millones de personas que viven en
la pobreza, de las cuales 81 millones se encuentran
en extrema pobreza. El 86% de esas
personas pobres viven en países de ingresos
medios, a donde cada vez se dirige menos la
ayuda oficial al desarrollo, trayendo como
consecuencia una doble exclusión para las
personas pobres
1 e importantes disparida-
1 La exclusión de las posibilidades de desarrollo al interior
de sus países y la exclusión de las posibilidades que
brinda la ayuda internacional para el desarrollo.
María Inés Jara Navarro
Profesor investigadora
Directora Revista Gerencia y Políticas de Salud
Programa de Posgrados en Administración
de Salud y seguridad social
Facultad de Ciencias Económicas y administrativas
Pontificia Universidad Javeriana.
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Rev. Gerenc. Polit. Salud, Bogotá (Colombia), 7 (15): 7-10, junio-diciembre de 2008
des en el perfil nutricional de la población,
siendo un reflejo de ello las grandes inequidades
en la distribución del ingreso, como
el avance en el campo de la reducción del
hambre
A pesar de que en la región se producen
suficientes alimentos para satisfacer un 30%
por encima de las necesidades de su población
total (550 millones), en muchas áreas el
acceso de las personas a los alimentos es muy
escaso y se ve aun más amenazado debido al
incremento en la frecuencia e intensidad de
los desastres naturales, conflictos políticos y
sociales internos, y asuntos emergentes sobre
seguridad alimentaria. Siendo así, la persistencia
de los altos niveles de inequidad amenaza
el desarrollo equitativo y sostenido, así
como el logro de los Objetivos de Desarrollo
del Mileno (ODM), frustrando el progreso
en el área de la cohesión social.
El hambre y la desnutrición
2 [1].3 obstaculizan el
cumplimiento de todos los ODM, no solo por
sus impactos sobre la pobreza, sino también
porque repercuten, entre otros tantos aspec
-
2 Los logros alcanzados no se han reflejado proporcionalmente
entre y dentro de los países. Cuatro
países centroamericanos no están en vías de alcanzar
la
proporción de personas que sufren de hambre para
el 2015. Estos mismos países también registraron el
gasto público social per cápita más bajo en la región
para el periodo 1990-2001 [1].
3 El hambre y la desnutrición afectan a cerca de 53
millones (10%) de personas de América Latina y
el Caribe. Casi 9 millones (16%) de niños menores
de cinco años padecen desnutrición crónica. Los
problemas de la desnutrición crónica infantil se
concentran particularmente entre las poblaciones
pobres, que presentan en gran medida rasgos indígenas,
habitan en las zonas rurales más aisladas o en la
periferia urbana, y que en su mayoría son herederos
de condiciones socioeconómicas desfavorables. En
estas poblaciones la prevalencia de la desnutrición
supera el 70%. Las deficiencias de vitaminas y
minerales (VMDs) también constituyen problemas
nutricionales severos en la región, en especial las
deficiencias de hierro, zinc, yodo y vitamina A. La
anemia es el problema más grave y se extiende a lo
largo de toda la región, mostrando prevalencias en
niños menores de 5 años de alrededor del 50%. En
algunos países de Centro América y la subregión
Andina existen prevalencias superiores al 80%
[1].
meta n° 2 del primer ODM, de reducir a la mitad la
tos, en la salud, la educación y la mortalidad.
Innumerables estudios e investigaciones
muestran importantes evidencias de las relaciones
e interrelaciones causales y asociativas
entre hambre y desnutrición, por un lado, y
la pobreza, por el otro, así como también
revelan cómo el hambre y la desnutrición
merman la asistencia y aprendizaje escolar
y obstaculizan el acceso a mercados y recursos,
a la salud materna e infantil, el sistema
inmunitario, la educación y el empleo para
mujeres y niñas
Llama poderosamente la atención el impacto
de la desnutrición en niños menores de tres
años en todo el ciclo de vida
se desnutren y que presentan deficiencias
de vitaminas y minerales —algunas veces
denominadas como “hambre oculta”— en
los primeros años de vida, se exponen a mayores
riesgos de muerte durante la infancia y
de morbilidad y desnutrición durante todo el
ciclo de vida, limitando su potencial desarrollo
físico e intelectual y restringiendo su capacidad
de aprender y trabajar en la adultez,
limitando así las oportunidades de desarrollo
profesional y económico, lo que contribuye
a perpetuar el ciclo de la pobreza.
Los gobiernos de América Latina y el Caribe
no han llegado a reconocer y comprender el
4.5. Los niños que
alcance total de los costos sociales y econó
asociados al hambre y la desnutrición.
Muestra de ello ha sido la falta de inversión
en programas sociales basados en la ayuda
alimentaria. Aproximadamente el 1% del
gasto social es destinado a programas ali
micos-
4 De otro lado, la presión acuciante del hambre
empuja al uso insostenible de recursos naturales y
a estrategias de supervivencia riesgosas en relación
con enfermedades infecto-contagiosas.
5 Existe consenso científico acerca de que en esta
etapa se modelan y estructuran las bases fundamentales
de las características físicas, cognitivas y
psicológicas que se consolidarán en sucesivas etapas
del desarrollo. En ninguna otra etapa del desarrollo
de las personas se repiten niveles semejantes de
desarrollo cerebral como los existentes durante la
primera infancia.
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mentarios y mucho menos se invierte en
la promoción, producción y distribución
de alimentos enriquecidos para los niños
pequeños. La promoción de inversiones
sostenidas en la lucha contra el hambre y la
desnutrición es esencial para garantizar que
los programas de protección social tengan
un impacto adecuado. El hambre cuesta
mucho más a nuestras sociedades que su
erradicación.
De acuerdo con el estudio
impacto social y económico de la desnutrición
infantil en Centroamérica y República
Dominicana
infantil en las últimas décadas habría
generado un costo de casi 6.700 millones
de dólares en el 2004, derivado de mayores
gastos por tratamientos de salud, ineficiencias
en los procesos educativos y pérdida de
productividad. Estas pérdidas económicas
equivalen a más del 6% del PIB de los siete
países de aquel año, con un rango que oscila
entre 1,7 a 11,4%. A partir de estos datos no
es difícil demostrar que una región libre de
desnutrición infantil beneficiaría a todos los
sectores sociales y a todos los gobiernos.
Colombia no es ajena a todo este panorama.
Así lo sustenta la
situación nutricional en Colombia
[3], la cual muestra importantes problemas
El costo del hambre:[2], la historia de la desnutriciónEncuesta nacional de la(ENSIN)
en relación con la situación nutricional y
alimentaria de la población, dentro de las
cuales se destaca como un problema crítico
la anemia nutricional en los diversos grupos
poblacionales estudiados. La encuesta reportó
que de los hogares colombianos integrados
por personas menores de 18 años, el 40,6% se
clasificó en
de los niños de 5 a 9 años tiene retraso en
crecimiento y es mayor en hombres (14,5%)
que en las mujeres (10,6% ); en el nivel 1 del
SISBEN es de 19%.
Además, el 1,1% de los niños y niñas colombianos
entre 5 y 9 años presenta desnutrición
aguda (bajo peso para la estatura) y
los departamentos con mayor prevalencia
en delgadez en niños y jóvenes de 10 a 17
años son, en su orden: Córdoba (15,1% ),
Atlántico (12,4% ), Bolívar, Magdalena,
Norte de Santander, Cesar, Sucre y Huila.
Estos departamentos son los que también
presentan mayores prevalencias de déficit
en la ingesta de proteínas y calcio, y constituyen
la subregión que presenta la mayor
prevalencia de anemia (49%) de los niños y
niñas de 5 a 12 años.
El retraso en crecimiento en niños y jóvenes
de 10 a 17 años se presenta en prevalencias
más altas en los departamentos de Nariño,
La Guajira, Boyacá, Cauca, Vaupés, Amazonas,
Sucre, Magdalena, Tolima, Caquetá,
Putumayo, Norte de Santander y Cesar.
Estos departamentos presentan asimismo las
más altas prevalencias de déficit en la ingesta
de proteínas y calcio. Sin duda, este grupo
poblacional desarrolla actividades de educación
que seguramente se verán truncadas
por la falta de una alimentación adecuada
y variada, que aporte los nutrientes que se
inseguridad alimentaria; el 12,6%
requieren en es
Ante este panorama son varios los desafíos
que el PMA nos invita a encarar, entre tantos
otros retos:
Aunar esfuerzos entre los múltiples actores
y organizaciones interesados en reducir la
desnutrición, a fin de evitar la dispersión en
demasiadas instituciones y programas diferentes,
lo cual conlleva la no materialización
de las propuestas.
a etapa de la vida.
Concientizar a las personas que padecen
desnutrición, dado que esta es a menudo
imperceptible y quienes la sufren no están
conscientes de sus futuras implicaciones.
Crear sistemas de vigilancia nutricional y
de herramientas eficaces y efectivas
que
permitan a los gobiern
geográfica de las áreas con alta prevalen
de desnutrición y entender los factores
os la identificacióncia
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Rev. Gerenc. Polit. Salud, Bogotá (Colombia), 7 (15): 7-10, junio-diciembre de

6 comentarios:

  1. la desnutricion ataca a todos los niños principalmente pero lo que no entiendo por nomas a ellos..... los ataca cuando apenas tienen sus primeros momentos de vida o ya cuando saben si tienen una enfermedad.... una pregunta porque nomas ataca al niño y no al adolecente

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  2. hola profe como nos ha dicho hoy en dia sabemos q la desnutricion es mas facilq les de a los ninos q a las personas grandes...

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  3. ¡Hola Felipe!
    La desnutrición puede atacar a cualquier edad sin distingo de sexo o condición social, solo que en los niños pequeños es más grave porque apenas están en etapa de crecimiento y desarrollo, este problema los puede dejar con muchas deficiencias en su vida adulta y ya en esa etapa son irreversibles.

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  4. pero existen personas q
    se provocan esas enfermedades
    yo pienso verdad
    q las chavitas q qieren estar super delgaditas
    se creean un trastorno mui incorrecto de lo q es una alimentacion ellas creen q con no comer eso esta bien pero no0,llevando una dieta sana es mui saludable y uno se cuida de la mejor manera

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  5. hola profe yo investige esto y me gustaria compartirlo con ustet
    Anemia y desnutrición encubierta en la niñez
    Una encuesta señala que un alto porcentaje de chicos de nuestro país tiene al menos un síntoma de estos males
    Una encuesta señaló que el 53% de los niños de entre 3 y 12 años tiene al menos un síntoma que puede indicar una desnutrición encubierta, mientras que, en Argentina, uno de cada tres bebés de 6 a 23 meses tiene anemia.

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  6. Una encuesta señaló que el 53% de los niños de entre 3 y 12 años tiene al menos un síntoma que puede indicar una desnutrición encubierta, mientras que, en Argentina, uno de cada tres bebés de 6 a 23 meses tiene anemia.
    pero por que solo proboca un sintoma entre los niños
    de 3 a 12 años

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